El Colegio Oficial de Arquitectos de Jaén ha reconocido con
el Premio Provincial de Arquitectura y Urbanismo “Andrés de Vandelvira”, en su
XI edición, el proyecto “Cuando el espacio lo construye la ruina y el
tiempo. Restauración y puesta en valor de la Cisterna romana de 'La Calderona'
de Porcuna (Jaén)”, obra del arquitecto Pablo Millán.
El Premio “Andrés de Vandelvira”, convocado con carácter
bienal, tiene como objetivo elegir la mejor realización dentro del campo de la
Arquitectura y el Urbanismo que se haya llevado a cabo en la provincia de Jaén
en el período 2020-2024.
Esta iniciativa cuenta con la colaboración de distintas
instituciones y organismos que, junto al Colegio Oficial de Arquitectos de
Jaén, tienen el propósito de incentivar y distinguir las actuaciones que
incidan favorablemente en los ámbitos de la arquitectura y el urbanismo en la
provincia.
Restauración de la Cisterna romana de 'La Calderona' en
Porcuna, de Pablo Millán
Enmarcado en el ámbito de la edificación, el proyecto ha
contado con la participación de los arquitectos técnicos José Miguel
Fernández Cuadros y Javier Serrano Terrones, el ingeniero Javier
Bengoa Díaz, Inmaculada Cervera Montilla, Cristian Castela
González, David Vera García, Antonio Castro Carmona, Pilar Aragón Maza, Luis
Alberto Carretero López y ARQVIPO Sociedad arqueológica.
Ubicada sobre la ciudad romana de Obulco, la cisterna es un
depósito de agua que se presupone vinculado a una infraestructura hídrica del
municipio. El paso de los siglos y el devenir de la historia fueron añadiendo
sucesivas capas que contribuyeron a que la edificación preexistente quedase
definitivamente sepultada, tanto en el aspecto físico como en el de la memoria.
El proyecto de restauración y apertura al público requirió
de una compleja intervención atendiendo a las circunstancias del territorio. En
primer lugar, para acceder a la cota de la cisterna resultaba imperativo
levantar un edificio de nueva planta, que sirviera como centro de recepción de
visitantes e integrara a su vez la rampa de bajada. La búsqueda de un acceso a
la cisterna acabó generando como añadidos una nueva construcción, un puente y
un túnel bajo las viviendas.
Este trabajo se ha generado entre dicotomías. Por un lado,
tenemos la arquitectura patrimonial, presente tanto en la cisterna romana como
en todas las edificaciones domésticas aparecidas durante la intervención
arqueológica. Por otro lado, nos confrontamos con una arquitectura bajo
rasante, cerrada, oculta, en la que no entra la luz y, frente a ella,
planteamos un nuevo espacio abierto, claro, diáfano. Establecemos así un
diálogo entre una arquitectura casi excavada, a modo de cueva, y una nueva
construcción que debe contener un planteamiento estereotómico, moviéndose entre
la cabaña y un espacio mínimamente construido. Se trata, en definitiva, de un
proyecto basado en la interrelación de realidades opuestas y que, frente a la
complejidad, propone un discurso sustentado en la sencillez de una arquitectura
limpia, geométricamente precisa que no entre en conflicto con la arquitectura
heredada.
Fotografías:
Javier Callejas