El COAS
inaugurará la exposición Vers
une architecture, de Ángel Alén, el próximo miércoles 22 de
noviembre, a las 20 h.
Constituida por 22 obras que ponen en valor
el legado del genial y polifacético del artista suizo Le Corbusier desde una
perspectiva histórica llevada a la plástica desde la estética y la sensibilidad, esta muestra cuenta con dibujos de
distintos formatos que reproducen de manera fidedigna algunas de sus grandes
obras arquitectónicas, reconocidos retratos, así como apuntes y bocetos, e
incluso la intimidad de su estudio de pintor, poniendo en valor esta faceta
suya, ciertamente desconocida.
Le Corbusier trabajó sin descanso para
establecer las bases de una nueva arquitectura, pero en el camino se entretuvo
llevando a cabo una obra escultórica y, sobre todo, pictórica, que no desmerece
en absoluto a lo que en su momento se estaba gestando en Europa en artes
plásticas. Coetáneo al Cubismo, el Constructivismo, el Neoplasticismo y la
Bauhaus, la obra de Le Corbusier aborda el concepto de la obra de arte total.
A través de esta exposición, Angel Alén nos
hace partícipes de la vida y la obra de este artista a quien rinde tributo,
sacando su mundo a través de otros mundos que admira. Respetuoso, sensible e
indagador incansable, sus dibujos transgreden la representación espléndida para
capturar el momento, representando circunstancias y fragmentos con
determinación, delicadeza y perspicacia.
Con distintos formatos, las piezas que se
presentan son dibujo realizados con técnica mixta -acuarela, lápiz, pastel,
acrílico y carbón sobre papel, sobre Hahnemhühle 300gr o Canson Museum 300gr-.
Conceptualmente se centra en la representación de espacios, detalles y formas
en clave de excelencia a partir de su propia percepción sublimada de aquello
que le resulta de interés.
La técnica de Alén, entre el esplendor y la
pureza, muestra un profundo respeto a la influencia sensorial colectiva -a
Alén, como a Le Corbusier, le importa ser entendido-, algo que muestra y practica
desde una concepción ilustrada que, como artístico ejercicio, no persigue un
fin, sino que, por contra, es un medio.
Es la crónica de un perseguidor de belleza,
un conseguidor de experiencias y un virtuoso de la plástica muy hábil.
La muestra "Vers une
architecture", de Ángel Alén, estará abierta al público hasta el 5 de
enero de 2024 en la sede del Colegio (Pl. Cristo de Burgos, 35, Sevilla), de
lunes a viernes, de 9-14 h., y las tardes de martes y jueves, de 16-20 h.
Exposición Vers une architecture (Texto elaborado por Patricia Bueno del Río)
Le Corbusier trabajó sin
descanso para establecer las bases de una nueva arquitectura, pero en el camino
se entretuvo llevando a cabo una obra escultórica y, sobre todo, pictórica que
no desmerece en absoluto a lo que en su momento se estaba gestando en Europa en
artes plásticas. Coetáneo al Cubismo, el Constructivismo, el Neoplasticismo y
la Bauhaus, la obra de Le Corbusier aborda el concepto de la obra de arte total
-Gesämtkunstwerk-.
Esto unido a su adicción al
trabajo y a su inagotable deseo de expresión1 lo convierten en un creador
polifacético del que podemos decir pareciese una transposición del humanismo renacentista
traído a una era más cercana. Ciencia, pragmatismo y capricho sintetizan su
obra arquitectónica, la más conocida, pero también están presentes en su
pintura que mezcla color y primitivismo con una impecable factura formal.
Esta exposición es, de manera
directa, un homenaje de Angel Alén (Sevilla, 1975) a un genio, pero también un
puente de conexiones entre equivalentes [Compañeros de oficio es un término
usado por Le Corbusier que bien puede ajustarse a esta confluencia] diestros ejecutantes
de la forma de abordar la forma, practicantes -en ambos casos- de un dibujo de visión
amplia, exquisito en lo material, elevado, de esencia fundamental y dimensión existencial
en cuanto al concepto.
Reproducir espacios, detalles
y formas en clave de excelencia es el punto fuerte de este autor cuyo deleite
por la acción de componer / reproducir a partir de su propia percepción sublimada
de aquello que le resulta de interés, transita por el esplendor y la pureza
desde un profundo respeto a la influencia sensorial colectiva -a Alén, como a
Le Corbusier, le importa ser entendido-, y que practica desde una concepción
ilustrada que como ejercicio no persigue un fin, sino que por contra, es un
medio.
Al adentrarnos en cada una de
las obras que podemos ver en la exposición, conocemos las distintas aristas
conceptuales del polifacético creador suizo traídas a la interpretación personal
de Alén. Algunas piezas funcionan como reflejos formales concretos y concisos
de la realidad -como aquellas que materializan las anotaciones abocetadas del
arquitecto para la creación de algunos de sus emblemáticas construcciones-,
otras como abstracción concisa o ironía visual (hablamos del elevadísimo dibujo
de líneas de colores primarios sustentando un cuerpo: mitad neoplasticista,
mitad vitruviano) y algunas otras, como materialización del instante -cotidiano
o histórico- reflejado a la perfección en la detallada representación del estudio
del propio Le Corbusier junto a algunos de sus lienzos y útiles de trabajo, o
la Capilla de Ronchamp ya erigida, insertada en su contexto y transitada por el
público.
Pero existe un contenido
paralelo a toda esta información visual. Sin pretender conceptualizar por
encima de lo que la historia ha escrito, Angel Alén se desnuda emocionalmente
en cada proyecto, sacando su mundo a través de otros mundos que admira.
Respetuoso, sensible e indagador incansable, sus dibujos transgreden la
representación espléndida para capturar el momento, representando
circunstancias y fragmentos con determinación, delicadeza y perspicacia. Es la
crónica de un perseguidor de belleza, un conseguidor de experiencias y un virtuoso
de la plástica muy hábil.
Patricia
Bueno del Río
1. Son
palabras de Heidi Weber, admiradora y colaboradora de Le Corbusier quien
contribuyó decisivamente al conocimiento y difusión de su obra plástica.